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Lenin barriendo el capitalismo
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Los
sesudos investigadores del equipo multidisciplinar, o sea los autodenominados
Guardianes de Nervión, tienen dos temas recurrentes en sus “investigaciones”,
basadas en la manipulación, el engaño y el autobombo: uno es el consabido tema
de 1890, que ya aburre a las ovejas y en el que no pasan de repetir la misma
cantinela, sin mostrar absolutamente ninguna prueba contundente que demuestre
la vinculación efectiva entre los aficionados británicos que a comienzos de la
última década del siglo XIX practicaron el fútbol, entre otras modalidades
deportivas, y el club sevillista que se fundó en los últimos años de la primera
década del siglo XX.
El
otro tema es aún más excéntrico y linda casi con el onanismo mental. Se trata,
nada más y nada menos, que de vincular a su club desde sus orígenes a un ideal
progresista (el "currícolo ideológico sevillista" le llegan a llamar), frente al
club bético que encarnaría, también desde su nacimiento, unos valores
conservadores.
Así
hemos tenido multiples ocasiones de leer esa autovinculación a valores liberales y
republicanos, mientras que al club rival le atribuyen sin ningún reparo los
valores del conservadurismo monárquico.
Y
en una reciente entrada de La Palangana Mecánica ya lo del club liberal y
republicano les parece poco, vinculando directamente a su club con ¡¡¡el
bolchevismo¡¡¡.
Para
ello aluden a un titular del diario La Unión escrito por Gómez Bajuelo, y que
no deja de ser una alusión a los colores de las tablas que rodeaban el campo
sevillista (rojas, en contraposición a las tablas verdes del recinto bético).
Un campo sevillista cedido por la marquesa de Esquivel, lo que no es desde
luego sintonia de alineación con esos valores bolcheviques.
Unos
valores que chirriarían de forma estruendosa en determinados personajes
importantes de la historia del club sevillista, desde Eugenio Eizaguirre a su
hijo Guillermo, desde Raimundo Blanco (padre) a Raimundo Blanco (hijo), desde
el marqués de Esquivel al marqués de Sotohermoso, desde Sancho Dávila a José
María Del Nido, etc…
No
veo a estos señores, y a otros muchos, muy cómodos con ese bolchevismo del que
los investigadores palanganas alardean.
Pero
es que, independientemente de la ideología y convicciones de cada uno, lo que
no puede es inventarse la historia para convertirla en historieta.
La
historia está ahí, para dar determinadas interpretaciones siempre condicionadas
por la subjetividad del investigador, pero no admite sacar conejos de la
chistera ni esconder la bolita como los trileros, algo a lo que estos personajes nos tienen ya muy acostumbrados.
Para
no ser extremadamente repetitivos no vamos a volver a sacar determinadas
pruebas, claras y contundentes, que demuestran la más que evidente connivencia
del club sevillista con el régimen franquista desde sus inicios.
Una
connivencia que tuvieron todos los clubs, también el Betis, y que estos
“sesudos investigadores del equipo multidisciplinar”, en una prueba de su
onanismo mental, definen como “ciertas cosas que pasaron en el Sevilla FC,
sobre todo a raíz del alzamiento del 36, más allá de lo que pudieran aparentar,
nos hacen pensar que quizás fueran gestos hechos desde un club desde siempre
conocido por su escasa cercanía a los móviles perseguidos por la autoridades de
los nuevos tiempos que se instauraron tras la guerra, y que el verdadero y real
objetivo era adaptarse a la nueva situación, y evitar o minimizar represalias”.
Está
claro para estos “investigadores”: si esas acciones de connivencia con el
régimen franquista son a cargo del Betis, o de sus directivos a título
personal, son la prueba palpable de cómo colaboraron con el régimen. Si esas
mismas acciones de connivencia con el régimen franquista son a cargo del
Sevilla, o de sus directivos a título particular, son la prueba palpable de
cómo disimularon su condición real.
¿Se
puede demostrar más cinismo?
Porque
la directiva sevillista, y el club en sí mismo, tuvo que ser una especie de
célula del Komitern incrustada en la España franquista, y sus futbolistas una
especie de guerrilleros del maquis…
Como
decíamos anteriormente no vamos a aportar pruebas ya mostradas que demuestran
de forma palpable esa adhesión entusiasta al régimen.
Vamos
a enseñar otras anteriores, de la época de la monarquía de Alfonso XIII.
La
primera es de abril de 1923, durante el régimen parlamentario heredado de la
época de la Restauración a fines del XIX. No se ha producido aún el golpe de
Primo de Rivera de septiembre de 1923, que acabó con las libertades públicas e
instauró la llamada Dictadura (o Dictablanda si se compara con periodos
posteriores).
Es
frecuente en estos años que la familia real acuda a Sevilla durante la
primavera, habitualmente durante las fiestas de la ciudad. En este caso estamos
hablando de la estancia que tuvieron los reyes Alfonso XIII y su esposa, la reina Victoria (casualmente el nombre del campo sevillista) durante la Feria de Abril
de 1923.
El
día 18 de abril el periódico sevillano El Liberal publica la siguiente
información:
Desde
luego no está nada mal para tratarse de un club al que el equipo
multidisciplinar presenta como un abanderado de la causa republicana desde sus
orígenes. Y aquí no había dictadura ni represión alguna que obligase al club
sevillista a tener que disimular nada de nada.
Otra
milonga que nos cuentan está en la vinculación con las ideas liberales y la
democratización de la sociedad. Lo que
no concuerda tampoco mucho con esta noticia también del mismo periodo, y en la
que desde luego lo que se pone de manifiesto es un gusto elitista con la puesta
en marcha dentro del Sevilla FC de la sección de Hockey, el “juego
aristocrático y caballeroso por excelencia, escogido en todo el mundo por los
jóvenes de las clases acomodadas para su práctica”
Algo
desde luego no cuadra entre los deseos de los Guardianes y la dura realidad.
Ese gusto por un juego aristocrático, caballeroso y elitista no parece tampoco
muy bolchevique.
Ya
a comienzos del periodo republicano, mayo de 1931, nos encontramos esta otra
noticia publicada en El Liberal y en la que un socio sevillista llama la
atención a su propia directiva sobre por qué no ondea la nueva enseña nacional
con los colores de la República en Nervión, lo que sí se estaba produciendo
hasta hacía muy poco con los colores de la bandera monárquica.
Algo
perfectamente comprensible si se tiene en cuenta que el presidente del Sevilla
FC era nada más y nada menos que todo un aristócrata vinculado al régimen que
acababa de caer: el barón de Gracia Real, Juan Domínguez Osborne, y al que tampoco suponemos que fuera un revolucionario bolchevique.
Para
terminar este recorrido por determinados aspectos de la historia del Sevilla
FC, mal que les pese a algunos individuos, sí vamos a reproducir una imagen que
ya hemos mostrado anteriormente.
Se
trata, o eso creíamos, de una visita que en abril de 1940 hizo la expedición
del Sevilla FC a la Prisión Provincial de Alicante para homenajear allí donde
murió a José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange Española, rasgo
que compartió con todo un vicepresidente del Sevilla FC como fue Sancho Dávila
( VER AQUÍ)
Pues
a raíz de los últimos descubrimientos del grupo multidisciplinar estamos en
condiciones de afirmar que esta fotografía fue manipulada, posiblemente por el
mismísimo Cuesta Monereo o algún otro fascista bético del momento. Realmente el
Sevilla FC donde estuvo fue en la Plaza Roja de Moscú, a honrar a la momia de
Lenin, dado el carácter bolchevique del club sevillista que han demostrado de
forma brillante los investigadores palanganas.
Para
finalizar por hoy, aunque aún hay muchísima tela que cortar en esta materia, sí
vamos a mostrar a un verdadero bolchevique en la Sevilla del periodo
republicano.
Se
trata de Ventura Castelló, miembro del Partido Comunista de España y de otras
organizaciones de su ámbito, como la Unión Local de Sindicatos o el Socorro Rojo Internacional. Durante este
periodo el PC es una organización radicalmente enfrentada a la república
burguesa instaurada en 1931 y a favor de la instauración de la dictadura del
proletariado, a semejanza de lo que había acontecido en la Unión Soviética 16 años antes.
Por
cierto, para los que no lo sepan, Ventura Castelló fue directivo del Real Betis
Balompié 33 años después.
Y
no fue el único.
* U.H.P.
(Uníos Hermanos Proletarios) fue el lema de la Alianza Obrera que en octubre de
1934 se sublevó contra la República
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