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4. LA OTRA CARA DE LA MONEDA. GUERRA CIVIL Y POSGUERRA (I)




Durante la guerra civil el Sevilla FC disputa 68  partidos; muy posiblemente es el equipo que más encuentros juega de forma continuada durante estos casi tres años (el Betis, por ejemplo, juega sólo 9).
De hecho, al acabar la contienda el equipo sevillista es uno de los grandes dominadores del fútbol español, como lo demuestra el título de Copa de 1939, aunque en esta edición no participan aquellos clubs que al iniciarse la competición en Enero de 1939 aún pertenecían a la zona republicana, ó el subcampeonato de Liga en 1940.

Indudablemente uno de los motivos de esta importante actividad de halla en el hecho de la continuidad de los elementos directivos. Las personas que dirigían al SFC en Julio de 1936 permanecen todas en sus puestos en Abril de 1939. No hay, por lo tanto, ninguna persecución política sobre ellas, y el club mantiene una actividad que no deja lugar a dudas sobre la sintonía con los nuevos dirigentes políticos.

La Palangana Mecánica nos lanza continuamente otra idea


Aclaremos esto para que no se continúe engañando a los incautos.

Manuel Blasco Garzón fue directivo sevillista y de la Federación Regional Sur (presidente concretamente) en los años 20, pero en los años 30 se dedicó al mundo de la política: diputado por el Partido Republicano Radical en 1933 y por Unión Republicana en 1936, además de ministro de Comunicaciones y Marina Mercante, y posteriormente de Justicia. En 1939 se exilia en Argentina, donde morirá en 1954, huyendo de la feroz represión que el bando franquista vencedor desata sobre los vencidos. No es perseguido por haber estado relacionado con el Sevilla FC como La Palangana Mecánica quiere hacer creer.


Manuel Puelles de los Santos fue el médico del equipo sevillista hasta 1934, en que deja dicho puesto a Antonio Leal Castaños. Serán sus ocupaciones políticas las que prevalezcan esta decisión; era concejal del Ayuntamiento sevillano, y  en febrero de 1934 es designado presidente de la Diputación sevillana por espacio de 8 meses. Con el triunfo del Frente Popular en la elecciones de Febrero de 1936 vuelve al cargo de presidente de la Diputación de Sevilla. Detenido en Julio, en Agosto de 1936 es asesinado, dentro del ciclo represivo que se desata en la Sevilla en poder de los sublevados. Pero tampoco es perseguido por haber estado relacionado con el Sevilla FC como La Palangana Mecánica quiere hacer creer.


Otra de las falacias que nos cuenta La Palangana Mecánica se basa en la supuesta participación de jugadores sevillistas entre los que lucharon en el bando republicano, aunque sin dar nombres, y silenciando clarísimamente los datos que sí conocemos de aquellos que lucharon en el bando franquista.

Los que participaron como combatientes activos en la guerra civil lo hicieron en base a dos circunstancias:

a)   donde estuvieran físicamente en el momento de iniciarse el conflicto; es decir, aquellos que estaban en la zona controlada por los sublevados tuvieron que ingresar obligatoriamente en el bando nacional, mientras que los que estaban en la zona leal al gobierno lucharon en el bando republicano. Todo ello independientemente de las ideas ó sentimientos personales de cada uno. Será frecuente que los que han sido alistados en el ejército republicano durante la guerra tengan luego que cumplir el servicio militar en el ejército vencedor al final de la contienda

b)   la adscripción ideológica de los combatientes, que les impulsa a formar parte desde los primeros días en los combates iniciales; la represión caerá sobre los vencidos en cada uno de las dos zonas, mientras que si vencen formarán parte de los represores

Ejemplos del primer caso son muchos jugadores del Sevilla y del Betis que se integran paulatinamente en el ejército nacional a medida que son llamados a filas.
Conocemos sus casos porque con frecuencia son citados en diversos partidos organizados entre diversos cuerpos militares (Aviación, Sanidad, Automovilismo, etc), lo que en principio pudiera indicar un “trato de favor”, posiblemente relacionados con las influencias que los directivos pudieran tener en los mandos militares para buscar un destino cómodo hacia sus protegidos. Aunque también en ocasiones la prensa alude a que se espera la llegada del frente de guerra de algún jugador para incorporarse a un determinado partido, lo que de por sí ya sería un privilegio respecto al resto de combatientes. Todo ello en el contexto de utilizar el fútbol como un medio para contentar a la gran masa de la población, y encauzar ideológicamente la adhesión al nuevo régimen.

El caso de Guillermo Campanal, al que en LPM se atribuye luchar en el bando republicano en Asturias, después de una huida desde Sevilla por el “pasillo de Tomares”, sería un ejemplo a medio camino.





Y digo esto porque no he encontrado ninguna evidencia sobre esa supuesta huída, lo que implicaría una voluntad de luchar en un determinado bando, ni tampoco sé a que se refiere ese “pasillo de Tomares”.

Sí aparece una mención a Campanal en la prensa de la época en la que se refleja su participación en un partido de fútbol que juega una selección asturiana frente al Racing en Santander en Octubre de 1936.


Fuente: El Mundo Deportivo 17 de Octubre de 1936

En Octubre de 1937 se derrumba la resistencia en Asturias y la región es incorporada a la España nacional. Campanal aparecerá después en Sevilla integrado en el ejército nacional, y participará en numerosos encuentros de fútbol con el SFC, los equipos militares de la época e incluso la selección con la que la España franquista se enfrenta a Portugal.
Desde luego no parece una trayectoria propia de un combatiente por convencimiento ideológico. Desconozco si llego a pertenecer al ejército republicano en Asturias, pero si lo hizo estoy casi convencido que fue reclutado como uno de tantos más en ese periodo. Su trayectoria personal posterior, en la que no vemos ningún indicio de haber sido castigado por las autoridades franquistas, así lo indica.

En el caso de los combatientes que luchan por convencimiento ideológico sí encontramos a dos importantes miembros de la plantilla sevillista de esos años. Poco o nada de ello se dice en La Palangana Mecánica, por lo que vamos a contar aquí algo más.

El primero es Guillermo Eizaguirre, el mejor portero de la historia del SFC en mi opinión. Su familia era de clara vinculación carlista, de hecho su padre, Euganio Eizaguirre Pozzi, directivo sevillista con anterioridad, fue uno de los dirigentes de la Comunión Tradicionalista. Era presidente de la Audiencia de Sevilla y sufrió un atentado político en la convulsa Sevilla de los años 30.

Guillermo Eizaguirre se significa políticamente desde el primer momento, echándose a la calle con los sublevados  desde los primeros días de Julio de 1936.

El historiador Juan Ortiz Villalba en su obra Sevilla 1936, del golpe militar a la guerra civil, en su página 66 nos relata lo siguiente: "Ocupado el gobierno civil, el estado mayor reforzó la maestranza, que resistió dos ó tres ataques más durante la noche; y envió un piquete de ametralladoras al puente de Triana para aislar a éste del resto de la ciudad. Lo mandaba el capitán de Artillería retirado, gran terrateniente y ex-diputado de la CEDA Luis Alarcón de la Lastra, futuro ministro de Industria de Franco. Como voluntario falangista iba el futbolista Guiilermo Eizaguirre, hijo del presidente de la Audiencia, el tradicionalista Eugenio Eizaguirre".

Posteriormente ingresa en el ejército, concretamente en la Legión donde  alcanzará el grado de capitán, convirtiéndose en uno de los héroes del bando franquista durante la guerra. Como tal, su figura es glosada en diversas publicaciones del bando nacional durante el periodo bélico y durante la posguerra.  
      

Fuente: ABC 22 de Mayo de 1937

Una entrevista en Marca una vez finalizada la guerra refleja claramente su pensamiento personal y su compromiso con el bando vencedor.

Fuente Marca 11 de Mayo de 1939


Guillermo Eizaguirre capitán de la Legión

Otro ejemplo de jugador sevillista que combate en el bando rebelde por convencimiento ideológico es el de Raimundo Blanco.

Su padre era propietario de una conocida imprenta de Sevilla, y ya tuvo problemas con la legalidad republicana por haberse impreso en ella el manifiesto con el que el 10 de Agosto de 1932 se produjo ya un primer intento de algunos militares y civiles por derrocar el régimen.

La adhesión de la familia Blanco al bando sublevado es clara durante todo el periodo, como este anuncio con motivo del traslado de la imprenta desde la Encarnación a la plaza de San Francisco (“hoy y siempre de Falange Española”) deja claro.

Fuente: ABC 6 de Noviembre de 1938
Su hijo participa en los primeros combates en Sevilla en julio de 1936, como esta publicación en Marca nos detalla, además de ingresar voluntariamente en el ejército franquista
Fuente: Marca 16 de Agosto de 1939
 

Fuente: Marca 16 de Agosto de 1939

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