Vamos a comenzar esta tercera entrega con una definición de Eduardo Montagut sobre qué era y cómo funcionaba el principio de la adhesión inquebrantable durante el franquismo:
En la dictadura de Franco era fundamental para poder medrar o conservar puestos, prebendas, cargos o sobrevivir en ciertas situaciones el tener que demostrar y mostrar la "adhesión inquebrantable" a Franco y al Movimiento Nacional. Pero, sobre todo, esta expresión era típica de los medios de comunicación, tanto la radio como la prensa y, especialmente, el NO-DO, así como luego, la Televisión. La usaban, constantemente, para demostrar que las masas, el pueblo español daban muestras de dicha adhesión inquebrantable en los distintos actos públicos del dictador y en sus visitas por la geografía española.
Muchas dictaduras se basan en la necesidad de grandes actos públicos donde el pueblo debe rendir culto al jefe, al caudillo, al líder. Es el plebiscito popular: con grandes ovaciones, aplausos, gritos como los de "Viva Franco" y "Arriba España", todo para demostrar a la oposición (la anti-España o los malos españoles), y a los gobiernos extranjeros que el jefe del estado contaba con el favor popular, que eso era lo importante, y lo verdadero, y no como en los sistemas democráticos occidentales donde los ciudadanos ponen y quitan a sus legisladores y gobernantes, ya que eso, según el franquismo, es sinónimo de destrucción al permitirse la existencia de los nocivos partidos políticos. Los buenos españoles, el pueblo español demostraba cada día y en esos actos su aquiescencia, su gratitud, y su apoyo sin reservas a Franco y a su ingente labor como gobernante y salvador de la patria. Recordemos que Franco, aunque sólo era responsable ante Dios y ante la Historia, era consciente de la necesidad del baño de multitudes, bien orquestados y manipulados, pero imprescindibles para el fomento del culto a su persona y como campaña de imagen.
Formaba parte de la esencia del régimen buscar ese favor popular y para ello el deporte fue utilizado para alimentar una cultura de masas ajena a las preocupaciones políticas. Y entre todos los deportes el fútbol, dada la difusión que había alcanzado en los años 30, era el medio idóneo para expresar esa integración con el régimen, ajena ya la población a otros fenómenos de movilización social.
Sigamos viendo demostraciones de los saludos con los que se iniciaban los partidos de fútbol en esta época
Fuente: Arriba 23 de Mayo de 1939
Fuente: Marca 28 de Junio de 1939
Fuente: Marca 11 de Octubre de 1939
Fuente: Marca 29 de Noviembre de 1939
Fuente: Marca 15 de Abril de 1941
Fuente: Marca 1 de Julio de 1941
Pero hasta la consecución de un Campeonato de Copa, como el que alcanza el Athletic de Bilbao en 1943, sirve de pretexto por parte de las élites directivas para homenajear al régimen franquista.
Y de este ceremonial de exaltación fascista y de adhesión al Caudillo también participabn los espectadores que acudían a los campos de fúbol. No podía ser de otra manera.
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